Debilitarse por un resentimiento es una sensación evitable siempre en cuando no haya un deseo de intervenir en la causa directa. Resolver el problema de esa manera sería lo más tradicional. Se puede también ir por el camino de al lado, yendo de la mano con el lobo, y solucionar las cosas utilizando lo que se tiene.
Bueno, mientras todos andan felices con las sobras de lo que trae la tele o el quehacer de tardes pasteles con sus amigos cariñosos, me la he pasado mal y el muy jodido destino me tiene de víctima responsable al cuidado lejano de un enfermo. Y no creo que sea pérdida de tiempo todo este esfuerzo que hago para que reaccione, al menos de la manera que lo estuvo haciendo.
Las noticias que me han traído los días han venido de a par y una peor que la anterior. Y no se me ocurre mejor idea que contar mis líos en esta comunidad.
En fin, redondeando el párrafo:
Hay que cambiar de ánimos para no volverse inútil.
