Ser un libro abierto y perder la capacidad de guardar sigilo me hace un poco indiferente ante lo que pasa en la realidad. Un sinsentido depravado que me quita el ánimo y no me permite salir a la calle como “alguien normal”, más bien como un mamífero desaliñado que ve árboles, nubes, bancas y recuerdos.
Es 19 de Enero, una fecha guardada en la memoria como especial: Un punto de partida.
Este 19 (hoy) está premeditadamente vacío. Una manía de evitar ser como soy.